Agosto
de 1962. El Puerto de la Cruz se abría al turismo. Ya había
hoteles. A duras penas resistían las plataneras. La fiebre de la
construcción se desataba. La fisonomía de la ciudad empezaba a
cambiar sustancialmente. Visitantes de postín. Se hablaba de
proyectos transformadores.
Ese
mes de hace cincuenta y siete años, siendo alcalde Isidoro Luz
Carpenter, registró la visita de José García Hernández, entonces
presidente de la Comisión de Estudios del Plan y años después
ministro de la Gobernación que solía alojarse durante el paréntesis
navideño, junto con otros miembros del gabinete, en el hotel El
Tope, propiedad de Felipe Machado del Hoyo y alcalde de la ciudad
durante varios años. También la de Manuel de la Riva, economista de
la presidencia del Gobierno, y la de Rafael Entrena, catedrático de Derecho Administrativo por la Universidad de La Laguna y luego, también por oposición, por la de Barcelona. Los tres formaban parte de la comisión
de estudios del denominado Plan de Desarrollo Económico de Canarias.
El
17 de agosto fallecía Enrique Talg Schultz, quien dedicó una buena
parte de su vida al impulso turístico del municipio. Estuvo al
frente del hotel Taoro y, posteriormente, de los establecimientos
Martiánez y Tigaiga. Nicolás Pestana Sánchez, cronista oficial de la
localidad, refiere en el Libro de Efemérides, “una persona de
reconocido prestigio y arraigo en la ciudad”. Su hijo, Enrique Talg
Wyss, era entonces miembro de la corporación municipal.
Que
se reunía, precisamente, según el citado Libro, el 27 de agosto por
la tarde. Acordó rotular tres vías urbanas del municipio con los nombres de Miguel Primo de Rivera, Manuel B. Cerviá Cabrera y
Enrique Talg Schultz.
Fue
aprobado inicialmente el proyecto de encauzamiento del barranco
Martiánez, “obra de máxima importancia que facilitará la
urbanización de aquel sector", escribe Pestana ,quien, sin embargo, no
consigna dato presupuestario alguno sobre la realización de la
actuación.
El
consistorio portuense de entonces aprobó ese día, también de forma inicial,
el proyecto de parcelación de la finca EL Tope.
Es
curioso que el cronista consignara que, una vez terminada la sesión,
el alcalde Luz y los ediles se reunieran con un joven arquitecto
alemán, autor de un proyecto para instalar un bar en la explanada de
la playa Martiánez. El proyecto fue examinado de forma minuciosa y
elogiado unánimemente, “tanto por su técnica como por su
originalidad de líneas”. Desde entonces, ya albergaban ideas desde
el Ayuntamiento para remodelar la playa que, en aquel entonces, aún
conservaba los restos de un 'búnker', concebido para la defensa de
la zona en caso de un ataque desde el mar. “La playa pide a gritos
-señalaba el cronista- obras de mejora, acondicionamiento y
embellecimiento; con este bar y sus instalaciones anexas de duchas,
casetas de baño, etcétera,, ganarán mucho nuestras playas tan
escasas”.
Así
discurría aquel verano del 62 en el Puerto que el primer día de
septiembre recibiría la visita oficial del ministro de Información
y Turismo, Manuel Fraga Iribarne., informado directamente por Luz y
concejales de los proyectos orientados a la mejora de una parte del
litoral de Martiánez.
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