Un
excelente pintor portuense, amante de la naturaleza, Imeldo Bello,
moderamente activo en redes sociales, lanza una apelación: que no
continúen con la barbaridad de podar (“de manera salvaje”, dice)
las preciosas adelfas plantadas en el tramo que va de La Orotava a
Los Realejos en la autovía del norte.
“Es
ahora su tiempo -sigue-, el momento de regalarnos su aroma, forma y
color. Necesitan su sombra para protegerse del calor del verano,
hacen la función de cortina para que los conductores no sufran
encandilamiento durante la noche”.
Originariamente
se encontraba como planta nativa en una amplia zona que cubría las
riberas de la cuenca del mar Mediterráneo hasta China
y Vietnam.
Según Wikipedia,
hoy
en día es una planta invasora en Estados Unidos debido a su
introducción como cultivo ornamental, incluso urbano, también como
en muchas zonas de clima
templado
árido.
Es frecuente en Argentina y Uruguay, en jardines y como valla mediana
de separación en autopistas, no solo en España sino también en
Australia y Califonia. Se ha introducido en países tropicales como
Colomabia, Venezuela y Panamá. En
Japón fue la primera planta en florecer después de la explosión de
la primera bomba atómica en Hiroshima.
Bello
lanza su llamada de socorro en medio de un general clima de
indiferencia sobre estas cosas. Cierto que ha encontrado algunos
discrepantes, entre quienes se hallan los que disgusta el aroma que
desprenden las adelfas. Nunca se planta a gusto de todos.
Pero,
bueno, lo cierto es que la mediana de la autovía cubierta de esta
especie debe responder a criterios rigurosos, científicos e incluso
estéticos. Y tendrá un proceso de floración y crecimiento que debe
ser controlado con medidas profesionales.
Hace
bien Bello en lanzar su denuncia y abrir el debate. Incluso lo hace
de forma constructiva pues sugiere que el parterre es demasiado
estrecho para dos filas de plantación. Cree que con una sola línea
hubiera sido suficiente. Hay adelfas enanas que crecen un metro, son
más pequeñas y más lentas y no tienen ese crecimiento tan
desproporcionado para la zona. En consecuencia, opina que se debe
“plantar solo una hilera de adelfas de las que hay en la actualidad
o estudiar la especie adecuada al lugar”. Advierte de la toxicidad
de la planta para que predomine en una vía pública.
Y
luego, al referirse a la poda de limpieza, cree que es
preferiblemente hacerla en invierno, aunque también es válida en
cualquier época del año. En cuanto a la poda de floración, esta
-siempre según su testimonio- debe efectuarse después de la
floración principal del verano (hacia septiembre en el hemisferio
norte), asegurándose de no hacer la poda en primavera ya que la
floración será menos abundante.
En
fin, adelfas en la mediana de la autovía, sí o no. Primera
cuestión. Luego, las podas. Que se hagan en el momento adecuado es
lo razonable.
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