El
presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, vuelve a
hacer gala de prudencia con respecto a la recuperación de la
productividad turística cuando, en una comparecencia parlamentaria,
valora las incertidumbres que afectan a la conectividad derivadas
principalmente de la inestabilidad en las compañías aéreas.
Hace
bien Torres para que el propio sector comprenda que esto no iba a ser
fácil, que no se cerraba el paréntesis para volver a empezar. Han
pasado cosas, están pasando y una industria afectada por la
pandemia, aún no despejada, sigue teniendo horizontes sombríos. Es
cierto que la temporada estival se mueve con mercado local y
nacional, en algunos casos con signos muy crecientes, pero queda
mucho por hacer y es necesario seguir concentrando y derrochando
esfuerzos hasta la plena normalización.
Los
datos manejados por Torres apuntan a que la mitad de los hoteles
isleños, un 49 %, abran durante el próximo mes de agosto y que en
diciembre del presente año se complete hasta el 60 % de las llegadas
en ese mismo mes del año anterior. Pero las perspectivas de
recuperación del turismo internacional siguen siendo inciertas, pese
al dato de las cuatrocientas cincuenta mil plazas de las aerolíneas,
un 30 % aproximadamente de las que hubo el año anterior. El
presidente vaticina una mayor recuperación desde diciembre porque se
prevé que los europeos descarten ahora otros destinos a mayores
distancias.
Pero
hay que confiar, sobre todo, en que no se produzcan rebrotes. Porque,
no demos muchas vueltas, con
la apertura de los vuelos internacionales aumenta también la
posibilidad de registrar casos importados. El presidente Torres
admite que siempre está presente la posibilidad de "un brote,
de un rebrote o de un aumento de la contagiosidad" en los países
de los que proceden los visitantes. Por lo que "debemos
estar preparados para una actuación inmediata en esos casos”
de modo que no afecten al turismo,
consideró.
Es
evidente que a los poderes públicos y a las instituciones les
preocupa
generar
certidumbre
y garantías para los turistas
que
estén pensando en venir a nuestro destino, de ahí que remarcar la
necesidad de prevenir y controlar, a la espera de la vacuna, sea
fundamental. Los rebrotes generan intranquilidad, por lo que es muy
importante que haya una "intervención temprana" frente a
ellos que permita dar solución.
Total,
que estos meses de verano, si se mantiene la tónica de reanimación
del pulso del mercado local y nacional, deben servir para recobrar la
normalidad en el concepto general de la prestación de servicios. Se
trata de ir poniendo a punto todo el sistema, con el fin de
prepararse ante la temporada alta de invierno. “Que no será como
la del año pasado”, advierte el presidente canario que confía, en
cualquier caso, en una eficaz respuesta gradual del sector receptivo,
en tanto que desde las instituciones y administraciones públicas se
siga trabajando en el ámbito promocional y la estabilización en la
prestación de los servicios. Que los turistas que vengan en las
presentes circunstancias comprueben y verifiquen un alto grado de
funcionamiento y mantenimiento resulta primordial.
Eso
también forma parte del cumplimiento del Plan de Reactivación
Social y Económica de Canarias, cuyo alcance político hay que
ponderar.
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